Triatleta Pileño: 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

En Marbella se terminó mi temporada 2015. I'll be back...

Hace ya más de tres meses que publiqué mi última entrada. Desde entonces, diversos motivos han impedido que entrene de nuevo en serio, que participe en carrera alguna y que actualice el blog (¿qué voy a escribir si no participo en carreras?).

Podría ponerme místico o darle más intriga, pero... nah, lo cuento directamente: llevo desde julio en negociaciones para comprar un piso. Una decisión que no debo tomar a la ligera y que ha consumido gran parte de mi tiempo y energía en estos dos meses y medio.

De ahí la falta de entrenamiento, y mi ausencia en las pruebas que tantas ganas tenía de repetir (los triatlones cross). Ahora ya está casi hecho, y por eso es ahora cuando me atrevo a contarlo.

Quizás lo cuento para no sentirme del todo mal conmigo mismo. Como forma de darme a mí mismo una excusa para no haber cumplido la previsión deportiva que tenía para esta temporada.

Pero volveré, aseguro que volveré. No tengo ni idea de cuál será mi próxima prueba, pero llegará, más pronto que tarde.

jueves, 4 de junio de 2015

GoTri Marbella 2015 - Una agradable e inesperada sorpresa


Casi un año y medio después volví a competir en un triatlón sprint de carretera. Mi última experiencia, antes de empezar con los olímpicos, las medias maratones, y los problemas en los pies, fue en Posadas en agosto de 2013, la última prueba que hice con Miguel aquel año.

Como este principio de año me he vuelto realista, me he dado cuenta de que preparar un media distancia no es un objetivo alcanzable con mi vida actual. Así que me he propuesto hacerlo lo mejor posible en distancias cortas, como hasta ahora. La cancelación de dos triatlones que tenían muy buena pinta y que tenía en mente (Matalascañas y Aracena, este último cross), me llevó a buscar una prueba que me permitiera volver a competir pronto en triatlón, ya que el siguiente en lista lo tengo en julio.

Así encontré esta prueba marbellí, con distancias olímpica sin drafting, sprint y súper sprint. Monté el fin de semana para pasarlo por allí con Eli y no tener que pegarme la paliza de coche en el mismo día, sólo para competir una hora y media.



Entrando directamente en la prueba, me alegré de haberme llevado el neopreno, pues finalmente se permitió y esto me posibilitó nadar más rápido y más cómodo. Es la segunda competición en la que lo uso y estoy muy contento con el rendimiento que ofrece. Salí del agua en mis tiempos habituales, 15’20’’, a algo más de 2’00’’ los 100m, y allí vi a Eli que además de animarme estaba nuevamente haciendo un reportaje fotográfico. De verdad que es de agradecer que alguien, no sólo vaya a verte y animarte a una prueba (y esté allí a pie parado, a veces al sol, mientras tú compites), sino que además te haga fotos para que luego las puedas compartir por internet. Gracias de veras.



La T1 era algo larga, pues además de correr desde la orilla hasta que acababa la arena de la playa, el box estaba también montado como una sola fila, a lo largo, así que tardé unos tres minutos. Esta vez no llevaba calcetines ni guantes, para ahorrar algo de tiempo.

Al comenzar el sector de bicicleta, iba a mi lado una chica que por la serigrafía del mono supe que se llamaba Irene, y de quien luego descubrí sus apellidos y que había ganado su categoría. Pues bien, esta chica me anima a que le ayude a tirar para coger a un grupo que iba como un minuto delante. El caso es que aprieto, empiezo a tirar con algunos relevos por su parte, y llega el detonante de la marca que hice finalmente: tras unos 3-4 kilómetros, alcanzamos un grupo en el que al final íbamos unos 30 corredores, que nos lleva en volandas, sobre 35-40 km/h todo el tiempo. Desde aquí le doy las gracias a la tal Irene por sus ánimos y su ayuda para alcanzar a este grupo.

Una vez alcanzado el grupo, pude respirar un poco (iba tirando realmente casi al límite). Entonces me encontraba realmente bien. Incluso hubo una vez que me quedé en la parte trasera del grupo y este se rompió porque quienes iban delante de mí se quedaron rezagados. Abandoné el grupo tirando de nuevo yo solo y enganché recuperando los pocos segundos que habían sacado los de delante.



Así llegué a la T2, con una media superior a 36km/h (mi mejor media en un triatlón en bicicleta), y consciente de que podía batir mi mejor marca personal si no desfallecía en la carrera a pie. Al bajarme de la bici allí estaba de nuevo Eli con la cámara, pero es que luego cuando estaba soltando la bici y calzándome las zapatillas de correr, la escucho de nuevo animarme allí al lado. ¡Vaya carrera que se pegó!



Me coloco la gorra y salgo muy animado por ella. También por el speaker, un personaje curiosísimo, que llevaba una peluca rosa (xD), y que no paró de animar a todo el mundo, incluyendo la que sería la frase de la prueba: Si te apuntas… ¡terminaaaaa!. La carrera a pie consistía en darle dos vueltas a un circuito que partía del box y llegaba a un faro, por un camino que iba por mitad del mar. La primera vuelta la acabé bien, y en la segunda comencé a notar algo de dolor en la zona donde me salían las ampollas. Y es que correr sin calcetines y con algo de sal y arena por el agua del mar y por haber corrido por la playa, tiene sus consecuencias.



De todas formas iba mirando los tiempos y viendo que podría mejorar bastante mi mejor marca hasta entonces. Sólo caminé durante unos 20 segundos en el kilómetro tres, para beber algo de agua y recuperar la respiración. De allí a meta, pensaba que iba bastante más lento (la sensación de correr tras pedalear es horrible), pero acabé la carrera a pie a 5’08’’, bastante buen ritmo pues pensaba que iba casi a 6.

Finalmente, llego a la línea de meta, beso mi alianza para dedicarle el resultado a mi mujer por todo su apoyo constante, y paro el crono. ¡Nueva marca personal! 1h17’12’’, mejorando en cuatro minutos clavados la marca anterior.



Una nueva marca que se cimentó en el sector de bicicleta, y en el pedazo de grupo que cogí (en mi defensa diré que antes de llegar tuve que darle duro a los pedales para cogerles). El sector de natación fue casi calcado y la carrera a pie, siendo buena, estuvo lejos de aquel 4’43’’ que hice en Málaga 2012. Incluso las transiciones fueron algo más largas. Pero la bicicleta fue unos 7 minutos más rápida, lo que posibilitó el batir la marca.

Con esto llega una nueva alegría, inesperada totalmente (esperaba acabar en 1h25’), y que me motiva a seguir entrenando (aunque a veces el calor y la falta de tiempo hagan que me apetezca más quedarme en casa…). La próxima cita será dentro de dos viernes, una carrera nocturna por la ribera del Guadalquivir. Estará Miguel por aquí de vacaciones, y como le dan miedito los triatlones (mariquita!!)… ¡pues a correr se ha dicho!

miércoles, 6 de mayo de 2015

III Duatlón Cross Ciudad de Tomares & XXVIII Carrera Popular Carrión de los Céspedes

Tras el primer duatlón del año en Sevilla, llegaba el turno de volver a hacer un duatlón cross, en Tomares, donde hice el primero hace dos años. Mi padre me acompañaría en esta ocasión, ahora que puede volver a correr después de 7 años en los que le era imposible por la espalda.



Salimos pronto desde Benacazón, y llegamos a recoger el dorsal y dejar el material en boxes. En la previa durante el calentamiento, me encuentro a Fran del Camaleón.

Se da la salida, y aunque mi padre me dijo que iba a salir despacio, lo cierto es que me noté saliendo bastante fuerte, y lo pagué llegada la segunda vuelta al primer circuito a pie, que era un mixto de urbano y cross. No en vano, acabamos el segmento en 31’40’’, a 5’17’’ si suponemos que son 6 km justos.

Primera transición, y mi padre que no para, empieza a pedalear con fuerza, donde yo de haber ido solo habría aprovechado los primeros minutos para recuperar las piernas y beber agua. En vez de eso, le sigo rueda, lo que carga mis cuádriceps muchísimo y hace que vaya a remolque todo el segmento.



Le digo varias veces que tire él, pero se queda conmigo. El circuito de bicicleta es muy divertido, estaba seco esta vez a diferencia de 2013, e incluye mucho curveteo, cuestas, arrancadas y frenadas. Eran 20km esta vez, algo más que los 16 de hace dos años, y tras sufrir mucho al principio y recuperarme algo más al final, termino en algo más de una hora el segmento ciclista.

Tras la segunda transición, salimos hacia la segunda carrera, un circuito íntegramente urbano que comenzaba con una pronunciada bajada, que al final habría que hacer de vuelta subiendo. Mucha cuesta en todo el recorrido, pero ya estaba casi hecho y, aunque tocado, llegué sin problemas a las instalaciones deportivas La Mascareta, donde estaba situado el arco de meta. Tras una vuelta a la pista de atletismo, entramos en meta, donde el speaker comentaba “¡Se dan la mano Triatlón Camaleón y Arenas, demostrando que el deporte une y crea amistaaaad!”. Seguramente no sabría que no éramos amigos, sino padre e hijo.

Acabé bastante cargado, pero satisfecho por haber ido prácticamente a todo lo que podía todo el camino. El tiempo, 1h53’, no comparable al de hace dos años porque la pista estaba seca, pero eran más kilómetros.

Dos días después, me llama mi padre informándome de que el viernes siguiente se celebraba la XXVIII edición de la carrera popular de Carrión de los Céspedes, su pueblo, en formato nocturna desde hace algunos años. Ya participé en 2012, y sabía que tenía un perfil cañero, con mucho sube-baja, era gratuita, y pensé que por qué no añadir una competición más a mi calendario 2015.

Eran tres vueltas a un circuito de unos 2.760m, y calculando mis ritmos pensé que si el primero no me doblaba poco le faltaría. Se da la salida tras calentar un poco, y salimos fuertecillo, acabando la primera vuelta en 14’, muy poco por encima de 5’ el km. Al poco le digo a mi padre que probablemente no pueda hacer toda la carrera a ese ritmo, y quedamos en reservar un poco en la segunda vuelta para poder acabar fuertes.

Pero nada más lejos de la realidad, porque a pesar de que mis sensaciones me decían que íbamos más despacio (sobre todo en las subidas), la segunda vuelta acabó en otros 14’03’’ bastante clavados. Fuimos doblados por el ganador justo al término de esta segunda vuelta. Durante todo el camino, gente saludando y animando a mi padre, dado que allí le conoce todo el mundo. Incluso pidió una foto en mitad del trayecto y nos la hicieron:



En la tercera vuelta, mi padre me preguntó cómo iba, y yo le dije que bastante al límite (él iba más sobrado), pero que o terminaba a ese ritmo o reventaba y me retiraba, no iba a aflojar. Tenía los cuádriceps bastante tocados, con pinchazos muy fuertes, y en las subidas las piernas no me respondían. Pero saqué fuerzas de la nada y seguí al mismo ritmo. Le volví a decir a mi padre que tirara, y a falta de 500-600m cambió de ritmo para entrar en meta con 20 segundos de ventaja sobre mi tiempo.

Al final, 41’42’’ para él y 42’03’’ para mí, un tiempo casi calcado al que hice hace tres años, solo que entonces estaba entrenando muchísimo y a veces con Rubén Romero, con el plus de velocidad que eso me daba. Este año la marca me costó muchísimo más trabajo, pero he terminado muy contento y no me puedo reprochar nada, pues si en Tomares di el 95% de mi rendimiento, aquí directamente no me dejé nada y fui al 100%.



Tras esta semana de competición, mayo estará vacío de competiciones, ya que es un mes complicado por las comuniones y este año tengo dos. Volveré en junio en algún triatlón corto.


martes, 10 de marzo de 2015

V Duatlón de Sevilla, un buen comienzo de temporada

Primera prueba combinada de la temporada, el duatlón de Sevilla donde ya participé la temporada pasada. Llegué con el objetivo de rebajar algo el tiempo del año pasado, que estuvo lastrado por mis problemas con las ampollas a la hora de correr.

Tras la media maratón de la Cartuja, había bajado un poco el ritmo de entrenamientos (y los volúmenes, sobre todo), y últimamente no había corrido casi nunca por debajo de 5’/km, así que tampoco esperaba hacer un tiempazo.

Salí de casa con tiempo, después de almorzar (la salida era a las 16h00). Había repasado la lista de material y sorprendentemente llevaba todo. ¿Todo? No… el bidón de agua que había metido a congelar unas horas antes, aún está en el congelador, pero de eso me di cuenta llegando ya a Sevilla. Pues nada, un pequeño despiste, como siempre, pero en este caso nada importante.

La salida


En la previa me encontré con algunos camaleones con los que hice el calentamiento: Carlos Pina, Daniel Lisa, Fran y LuisFe. Ya en la cámara de salida, se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Juan Antonio Núñez Silva, triatleta de Dos Hermanas, recientemente fallecido.

Los líderes, nada más comenzar


Afrontando los primeros metros de la carrera
Se da la salida y comienzo al ritmo de los de mi alrededor, pero veo que es rápido para mí y me dejo de ir un poco. A pesar de ello, paso por el km1 en torno a 4’45’’. Me sorprendo de llevar ese ritmo pero voy cómodo, así que trato de mantenerlo. Únicamente a partir del km 4, el llevar un ritmo fuerte para mis ritmos de entrenamiento, y el calor que hacía una vez más (bastante para estas alturas de marzo), me hacen fatigarme un poco, y pensé que necesitaba la T1 y la bici para recuperar.





Sin haber cambiado el ritmo, llego a la T1 en 26’03’’, aproximadamente a 5’13’’/km, y pienso que he tenido que desfallecer mucho en el último km sin darme cuenta. En la T1 tomo aire, me cambio de zapatillas, y a pedalear. Usé los primeros kilómetros de la bici para recuperar un poco la respiración.

Fui casi todo el recorrido solo, no llevaba el velocímetro de la bici y por no llevar, no llevaba ni acoples, ya que este año los han prohibido (los tuve que quitar el día antes, menos mal que OF Sport envió correo informativo). De vez en cuando enlazaba con algunos triatletas que iban solos y a un ritmo parecido al mío, pero normalmente les dejaba atrás en poco tiempo. Por lo tanto, 90% del recorrido solo, y acabé con la sensación de haber ido menos rápido que el año anterior.

Cuando llegué al box miré el parcial de la bicicleta en mi reloj, y sorprendentemente había tardado poco más de 37 minutos, con lo cual la media salía bastante por encima de 30km/h. Llegué, eso sí, con la boca bastante seca a la T2, al no llevar bidón en la bici. Animado, enfilo los últimos 2,3 kilómetros a pie, nuevamente con buenas sensaciones y sin necesidad de parar a caminar para nada.

Entro en meta por debajo de 1h18’, así que acabo bastante contento, pues el año anterior hice 1h23’42’’, casi seis minutos más. Comparto el post-carrera y algunas fotillos con los compañeros, y me encuentro también al recoger la mochila del guardarropa con otro camaleón que se presenta, otro Carlos (cuyo apellido no conozco) que me contó que probablemente nos veamos en Tomares el mes que viene.

La foto post-carrera (gracias Carlos!)


Lo único que no acababa de cuadrarme era el último km corriendo (había salido más lento de lo que yo pensaba), y el ritmo en bicicleta (había salido más rápido de lo que yo pensaba), pero luego al ver las clasificaciones oficiales todo tuvo sentido: la primera parte a pie eran 5,3km, no 5, y el sector de bici tenía 18km, no 20.

En resumen, acabé muy satisfecho con mi actuación, comprobando que puedo seguir corriendo por debajo de 5’/km en distancias cortas aunque en entrenamientos no haga esos ritmos últimamente. Tengo muchas ganas de seguir, y este año especialmente de hacer corta distancia, y duatlones/triatlones cross, aunque sea por recordar el año 2013 donde fui con Miguel a tantas y tan divertidas pruebas. La próxima, el duatlón cross de Tomares, una de las pruebas más divertidas que hice en 2013, y en la que si todo va bien iré con mi padre.

Un abrazo a todos los camaleones, y gracias a OF Sport por su siempre brillante organización, y por poner las fotos a disposición de los atletas de forma gratuita. ¡Hasta la próxima!

sábado, 31 de enero de 2015

XX Media Maratón Isla de la Cartuja

Por fin llegó el día de una media maratón a la que me quedé con ganas de ir el año pasado (estaba en Cardiff). Esta vez llegaba habiendo entrenado bien, con el problema de las ampollas (¡¡por fin!!) superado, y con posibilidades reales de hacer una marca decente (en mi caso, el objetivo era bajar de 2 horas).

El tema de las ampollas ha sido una liberación, y es difícil de transmitir por escrito o incluso en persona. Psicológicamente, salir a correr con la certeza absoluta de que en 20 minutos te vas a joder la planta del pie y no vas a poder seguir, es devastador, y quita las ganas de entrenar a cualquiera. Así que a día de hoy decir que puedo correr una media maratón sin problema es una sensación maravillosa y que hace un año veía bastante lejana.



Pero bueno, paso a contar el día de la media maratón. El plan de entrenamiento, aunque fue creado e improvisado por mí (me resisto a tener otro entrenador), era bastante realista y completo, en mi opinión. Salía a correr la mayoría de las semanas 3 días más otro día de bicicleta de montaña. En esos tres días alternaba tiradas largas (empezando por 10km, hasta 16km en mi tirada más larga un mes antes de la media) a ritmo bajo (6 min/km); algunos días de series (no hice todas las semanas, porque no vi tan importante la velocidad), y otros días de tiradas de distancia media (entre 8 y 12 km) a un ritmo más vivo (5:10-5:30/km).

Con este bagaje, me presenté en la línea de salida con Néstor. Su hoja de presentación es una marca personal de 1h38’ en media maratón, menos de 3h45’ en la maratón, y varias ultramaratones y trail terminadas, pero sus volúmenes de entrenamiento en los últimos meses eran casi nulos. Vino sólo a acompañarme.



El día iba a ser frío, muy frío, pero al ser la carrera a las 11h y estar el sol fuera, a la hora de correr se estaba cómodo. No se puede decir lo mismo de la recogida de dorsales, donde a la sombra y a las 9h30 de la mañana sí que hacía frío de verdad.

Se da la salida y empiezo a marcar el ritmo objetivo previsto (5:41). Néstor me iba diciendo los tiempos por kilómetro. Primer kilómetro, 5:45. Segundo kilómetro, 5:26. A partir de ahí, Néstor me va diciendo que hay margen, y corremos hasta el kilómetro 12 todos por debajo de 5:40. Ahí la carrera empieza a hacerse dura, los kilómetros empiezan a pesar, pero había llegado a esa parte con margen, y sentir carga en las piernas era algo previsible a esas alturas. Así pues, nada de preocupación, sólo sufrimiento y conocimiento de que tocaba lidiar con el dolor. Sigo hasta el 16 por debajo de 5:40 (excepto en el 13, que hice en 5:41), y allí sí que empezaron a dolerme las piernas y también las plantas de los pies por tanta tralla. Lo cierto es que aunque el plan de entrenamiento no fue malo, me faltaron kilómetros en las últimas semanas.




A partir de ahí, kilómetro 17 en 5:48, unos dos minutos y algo de margen respecto al ritmo objetivo, y Néstor me dice que quizás no acabe. Le animo, pero estaba resfriado, se encontraba mal, y sobre el 17,5 abandona. Sigo yo solo con la misión de controlar el margen. El creciente dolor de piernas decía que no iba a ser nada fácil, pero tenía que intentarlo. En los kilómetros 18, 19 y 20 paré unos metros al principio de cada kilómetro a caminar y recuperar.

Y así llegamos a la salida del parque del Alamillo. Enfilamos el túnel de entrada al estadio y miro que el móvil me marca 1h57 y algo. Entonces dentro del túnel ya los atletas de mi alrededor empiezan a decir “¡Esto está acabado!”, “¡Ya estamos aquí, está hecho!” y frases similares, y me motivo para llegar lo antes posible. Los 300 metros finales en la pista de atletismo los hago a 4 el kilómetro según endomondo. No sé de dónde saqué fuerzas porque llevaba las piernas destrozadas, pero pensé que ya pararía y descansaría en meta y luego en casa, y que había que apretar hasta el final.

Al final, 1h58’59’’ según el móvil. Algo menos de media maratón según el móvil también, y hay que decir que mi marca oficial fue de 2h01 y pico, porque puse el móvil al pasar por el arco y el pistoletazo había sido algo antes, pero yo estaba parado. El primer objetivo del año se ha cumplido, y ahora estoy a la búsqueda de nuevas metas deportivas.

Si bien mi primer pensamiento era hacer un medio Ironman este año, temas extradeportivos hacen que me sea imposible entrenar para acabar esta distancia con garantías, así que volveré a los duatlones y triatlones en distancia corta, y también a los du/tri cross, carreras con una dosis extra de diversión, de las que en 2014 no hice ninguna. El primer objetivo a la vista, el V Duatlón de Sevilla, donde ya sin problemas en la carrera a pie, espero poder mejorar mi marca del año pasado.